Aunque son todavía pocos los colegios (públicos, privados y concertados) que ofrecen una educación basada en nuevas metodologías, cada vez se oyen más propuestas de este tipo que buscan encandilar a una forma de paternidad más implicada en la educación que la de generaciones anteriores.
Toda esta innovación, que en muchas ocasiones no es otra cosa que rescatar teorías pedagógicas de hace décadas (centros de interés, Montessori), sin embargo, da la sensación de que no se está sometiendo a una revisión en profundidad para ver si realmente funciona.
Nuevas metodologías, a examen
Desde el departamento de Acción Educativa de la Fundación Bancaria la Caixa han puesto en marcha una iniciativa para colegios e institutos innovadores por la cual, con apoyo de investigadores universitarios, se analizará si sus prácticas están resultando efectivas.
Desde la Caixa se ha realizado un llamamiento a centros escolares de todo el territorio español (excluyendo formación superior: universidad y ciclos superiores de Formación Profesional) para, entre las propuestas recibidas, elegir de tres a cinco que serán sometidas a evaluación por grupos universitarios.
Estos centros recibirán una ayuda de 3000 euros y su nombre figurará, a modo de reconocimiento, junto a la propuesta didáctica que se encontrará disponible en la página web de EduCaixa a partir de septiembre.
La entidad y los investigadores colaborarán, asimismo, en la implantación de la práctica docente ganadora en otras escuelas durante el curso 2018-2019.
Escasa inversión pública
No deja de ser curioso que este tipo de iniciativas estén lideradas por entidades privadas como CaixaBank cuando deberían ser las propias administraciones públicas las que invirtiesen en la revisión de las nuevas metodologías educativas y animasen a todos los centros a implantar aquellas que resulten más satisfactorias.
Aunque, según afirman desde Acción Educativa desde la Caixa, varios responsables autonómicos de Cataluña han mostrado interés en este proyecto, lo cierto es que nos encontramos ante un sistema educativo hipertrofiado de burocracia y que apuesta por colegios cerrados a la participación de las familias, un bilingüismo que está mermando los conocimientos teóricos y prácticos de los niños en las materias que se imparten en inglés, y un currículo cada vez más engrosado que se imparte en su mayoría con libros de texto, herramienta número uno contra la motivación de los estudiantes.
Y parecen estar contentos con este método, que lleva siglos ya funcionando, con sus grandes tasas de fracaso escolar, pues no se ve mucho apoyo o dotación para la investigación de las nuevas metodologías educativas.
La sociedad del futuro ya está aquí y el sistema educativo tendrá que adaptarse a ella con métodos novedosos que a su vez estén “científicamente probados”. ¿Lo lograremos en España?
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