Facebook se ha visto una vez más envuelta en un caso de corrupción, aunque todo apunta a que esta crisis de reputación es mucho más grave que la de Cambridge Analytica de 2017, pues la naturaleza de la temática es mucho más delicada.
Gracias a los documentos revelados por la exempleada de la compañía Frances Haugen, el público, los usuarios de esta red social (e Instagram, también propiedad de la compañía), podemos saber más sobre el funcionamiento perverso del algoritmo y hasta qué punto somos objeto de sus manipulaciones.
Haugen ha señalado que el algoritmo de Facebook suele elegir el contenido haciendo enfadar a los usuarios, ya que esto les genera mayor adicción y, por lo tanto, mayor tiempo de exposición a anuncios.
La exempleada trabajaba en la Unidad de Integridad Cívica de Facebook, responsable de combatir la desinformación política en la plataforma, pero la empresa la disolvió tras pasar las elecciones, antes del intento de asalto al Capitolio, el pasado 6 de enero.
¿Podría haberse evitado ese triste incidente si desde Facebook hubiesen puesto trabas a las comunicaciones y la difusión de bulos entre los seguidores más extremistas del populismo? Seguramente a muchos se nos antoje afirmativa la respuesta.
Odio y corrupción de Facebook en Europa
Uno de los informes publicados por Haugen señala cómo la red social permitió la publicación de campañas negativas, de odio y polarizantes a partidos políticos europeos. Asimismo, ha dado vía libre a celebridades para publicar contenido ilegal y dañino.
La plataforma identifica tan solo de un 3 a un 5% de los mensajes de odio, y menos del 1% de violencia e incitación a la violencia, según uno de los documentos filtrados por Haugen.
Dada la gravedad de estas acusaciones, desde el Parlamento Europeo están decididos a llevar a la extrabajadora a declarar ante la cámara para que todas estas cuestiones puedan estar reguladas en la Ley de Servicios Digitales, una suerte de coto a los excesos, la corrupción y la polarización de la sociedad que están ejerciendo las redes sociales.
Desde el Parlamento Europeo preocupa mucho, además, el grave peligro que supone Facebook para las víctimas de la trata de personas, para los activistas políticos y para los adolescentes, pues desde la compañía se han ocultado los resultados de un estudio que vinculaba los trastornos de ansiedad y depresión de los y las jóvenes con Instagram. “Hacemos que los problemas de imagen corporal empeoren para una de cada tres chicas adolescentes”, reza en una diapositiva revelada por Haugen.
El abogado de esta valiente exempleada de Haugen señala que esta se encuentra amparada por la Ley Dodd-Frank, que protege a los trabajadores que muestran documentos internos a la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, en inglés).
Haugen va a asistir al Senado a pedir regulación para las redes sociales. De momento ya ha conseguido que Facebook suspenda sus planes de lanzar Instagram para niños, una versión de la aplicación de fotos para menores de 13 años.
Seguiremos atentos a la evolución del caso y si por fin desemboca en la finalización de la corrupción de Facebook.
Deja un comentario