Ahora que estamos en plena tercera ola de la pandemia y que algunos no sabemos si comprar dos batamantas para pasar lo que queda del invierno viendo películas y series, los investigadores del proyecto Barcelona Brain Health Initiative(BBHI) han anunciado que creen saber por qué estamos aquí otra vez, y el responsable se llama “sesgo de optimismo” o “prejuicio de optimismo”. Sí, como lo oís, actuar con premisas Mr. Wonderful perjudica seriamente la salud, propia y ajena.
El sesgo de optimismo es la percepción errónea de una persona al considerar que tiene menos probabilidades de experimentar una situación adversa de las que tiene realmente o de las que tienen las personas de su alrededor.

Los científicos del BBHI han publicado un editorial en la revista Annals of Neurology en el que alertan de que este sesgo es poco realista y puede influir negativamente en el cumplimiento de las medidas de prevención del covid-19. Y no solo eso, sino que añaden que este hecho puede verse acentuado con el inicio de las vacunaciones.
El estudio, liderado por el Institut Guttmann, impulsado por la Fundación la Caixa y con la colaboración de la Universitat de Barcelona, se ha realizado con más de 3.326 personas del Estado español indica que durante el confinamiento un 35,3% se preocupaba más por la salud de las personas cercanas que por la de sí mismos. Estos porcentajes se mantenían, incluso, en los voluntarios con factores de riesgo relacionados con el covid-19, como la edad, la obesidad o la diabetes.
Cómo contrarrestar el sesgo de optimismo
Los resultados han revelado que las mujeres y las personas de más edad tienden a ser más realistas y se preocupan más por sí mismas que por los demás que, “aunque suene contradictorio, en el contexto actual de pandemia es más solidario preocuparse por uno mismo, porque la mejor manera de proteger a los demás es protegiéndote a ti”, según apunta David Bartrés-Faz, investigador principal del BBHI, reseñado en la página web de la Fundación la Caixa.
Los autores del artículo alertan de que esta sensación excesiva de seguridad que parece imperar en la sociedad puede implicar que no se sigan las recomendaciones y, por lo tanto, poner en peligro no solo la salud individual, sino también la pública, aunque el sesgo de optimismo puede ser modulado para que se promuevan los valores colectivos.
En este sentido, los datos del BBHI se apoyan también en los del grupo de analítica internacional YouGov, según en el cual en las sociedades individualistas como las de Europa y Estados Unidos, se enfatizan más las metas y derechos individuales, por lo que sería necesario optimizar las campañas destinadas a las medidas de prevención y a la vacunación.
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