El Museo Guggenheim Bilbao acoge hasta el próximo 19 de septiembre la exposición Los locos años veinte, que recoge las ansias de retomar el placer de la vida tras la Primera Guerra Mundial y la pandemia conocida como “gripe española”.
Locos por disfrutar
La muestra, organizada en colaboración con la Kunsthaus de Zürich, con el patrocinio de BBK y la escenografía de Calixto Bieito, recorre Berlín, París, Viena y Zúrich y presenta más de 300 objetos de disciplinas artísticas distintas, desde pintura y escultura hasta arquitectura y diseño, pasando por fotografías, cine, collages, etc.
A diferencia de muchas otras exposiciones dedicadas a los años veinte, esta muestra integra movimientos como la Bauhaus, el Dadaísmo o la Nueva Objetividad e iconos de disciplinas como el diseño y la arquitectura en un diálogo que revela la diversidad formal que caracterizó aquel momento transformador.
Los locos años veinte se articula en siete capítulos narrativos, en los que, junto a las figuras más conocidas, se incorporan algunos nombres nuevos. Una selección de artistas contemporáneos abordan, de manera explícita, el lenguaje formal y los temas de los años veinte, conectándolos con el momento actual, en el que las vacunas del covid parece que nos acercan a la tan ansiada normalidad.
Entre los nombres de los artistas destacan Dix, Grosz, Man Ray, Magritte, Albers, Klee, Kandinsky, Christian Shad, Ernst, Breton, Picabia, Mondrian, Brancusi, Coco Chanel, Madeleine Vionnet o Tamara de Lempicka, junto a otros más actuales como Fabian Marti, Kadder Antia, Shirana Shahbazi, Rita Vitorelli, Thomas Ruff o Trevor Paglen, entre otros.
Adiós a la pandemia
Calixto Bieito, escenógrafo de la exposición señala que “debemos aprovechar la experiencia pasada para confiar en la libertad creativa y aboga por que nuestros años veinte del siglo XXI no se conviertan en ‘la broma infinita’, título de la novela de David Foster Wallace, una de las mejores de la segunda mitad del siglo XX”.
En este sentido, como se puede ver en las salas 204 y 205, tituladas “Dejando atrás el trauma”, el paralelismo con lo que estamos viviendo es evidente.
Aquel periodo se caracterizó por un sentido de la realidad conformado por un mundo cada vez más fragmentado y acelerado, descrito por el pintor Fernand Léger en 1924 en los siguientes términos: “Nunca hubo una época tan ávida de espectáculo como la nuestra. […] Este fanatismo, esta necesidad de distracción a cualquier precio, son la reacción necesaria frente a esta vida que llevamos, dura y llena de privaciones […] una carrera hacia la perfección”.
Veremos qué locos años 20 del siglo XXI nos esperan.
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