Hace tiempo que expertos en salud pública vienen pidiendo a los responsables de buscadores como Google y redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram acciones de censura contra el llamado “movimiento antivacunas”, que difunde mensajes contra la eficacia de las vacunas, así como contra la estafa de las llamadas curas milagrosas. Parece que estas demandas están empezando a tener su efecto.
Declaración de Salzburgo por la información científica
La mayor de estas peticiones de censura se produjo en julio de este año, cuando 60 expertos de todo el mundo firmaron la llamada Declaración de Salzburgo, en la que señalan que “las vacunas salvan vidas” y son “una de las formas más efectivas con menor coste de evitar enfermedades”, por lo que piden programas de comunicación específicos para promover el desarrollo de programas de comunicación basados en datos y hechos científicos.
Los especialistas se lamentan en ese escrito de que “en la narrativa presente a día de hoy parece haberse perdido toda esta información a los padres y las comunidades sobre los peligros asociados a estas enfermedades“. Y tienen toda la razón, pues, incluso en medios de gran difusión, podemos encontrar opiniones contra las vacunas a la misma altura que las pruebas empíricas de su efectividad.
Censura en Facebook
Este mismo verano Facebook anunciaba que la información antivacunas sería penalizada en su plataforma y que no promovería ningún resultado con estos contenidos en sus recomendaciones, si bien no eliminaría los posts.
Asimismo, la red social advertía de otra implementación de censura contra la estafa de curas alternativas y medicina milagrosa que exageren o confundan en temas de salud.
El algoritmo identifica las frases más utilizadas en este tipo de artículos y reduce su impacto en el feed de noticias, una medida algo tímida, en mi humilde opinión, pues hay grupos de antivacunas de más de 200.000 miembros, pero que es mejor que nada.
La OMS aplaude la censura
La Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha incluido el rechazo a las vacunas entre las diez amenazas para la salud global, ha manifestado, a través de su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, su conformidad con estas medidas, pues consideran necesario que “los usuarios encuentren datos veraces sobre las vacunas cuando busquen información y asesoramiento en las páginas, grupos, motores de búsqueda y foros de Instagram y Facebook”.
Adhanom señala que “las grandes empresas digitales tienen una responsabilidad para con sus usuarios: velar por que tengan acceso a datos veraces sobre las vacunas y sobre la salud. Sería extraordinario conseguir que las redes sociales y las plataformas de búsqueda se unieran para sacar el mayor partido de su influencia conjunta”.
Y añade que “estas iniciativas en el espacio virtual deben ir acompañadas de medidas tangibles de los gobiernos y el sector de la salud para promover la confianza en la vacunación y responder a las necesidades e inquietudes de los padres”.
Resulta triste tener que recurrir a la censura en pleno siglo XXI, pero más desalentador es ver cómo proliferan y hasta dónde han llegado todos estos mensajes que suponen un riesgo para la salud de toda la población.
Deja un comentario