Pues ya ha terminado una nueva edición de ARCOmadrid, ARCO para los amigos, y aquí estamos los profanos, en la misma línea de siempre, viendo las cifras desorbitadas de asistencia y precios que se han pagado por las obras y sin quedarnos claro si en términos generales es algo que merezca la pena visitar (con el consiguiente precio de la entrada) o si es mejor seguir viendo a los artistas por separado en sus exposiciones particulares.

Una edición polémica de ARCO
Es imposible hablar de ARCO 2018 y no mencionar la polémica suscitada por la retirada de la obra Presos políticos en la España contemporánea de Santiago Sierra.
El exceso de celo o una política económica calculada, o ambas, hicieron que la galerista Helga De Alvear retirara esta pieza, compuesta por 24 fotografías en las que aparecían, entre otros, Oriol Junqueras, Jordi Sànchez, Jordi Cuixart, Andrés Bódalo y otros presos conocidos en todo el territorio español por la controversia política que han provocado sus distintas causas judiciales.
La buena noticia para Santiago Sierra es que ha sido protagonista de lo que en Internet se denomina “Efecto Streisand” y es que el intento de censura ha generado toda una corriente de publicaciones que al final han desembocado en la compra de su obra por parte de Tatxo Benet, socio de Mediapro, suponemos que al precio de los 80.000 euros que figuraban antes de su retirada.
Para los amantes de la subversión, la pieza será presentada hoy en la Fundación de Estudios Literarios Anselmo Lorenzo, junto a organizaciones como CNT, Red Jurídica Cooperativa o Madres contra la Represión, y el jueves 1 de marzo en Valencia.
El hueco en blanco que ha dejado en la pared de IFEMA ha sido, asimismo, noticia, pues representantes políticos del más alto nivel han evitado tan siquiera acercarse.
ARCO, el negocio
Esta edición de la Feria de Arte Contemporáneo por antonomasia de Madrid, ARCO, ha tenido además muchos dimes y diretes entre los artistas y la gente de su entorno, pues desde la organización se ha cuidado mucho no regalar entradas para que, si no única, sí mayoritariamente, acudiesen representantes y coleccionistas.

Los precarios no compran arte, aunque les guste, y si quieren ver qué se cuece en los circuitos ahora mismo tienen que dejarse 55 euros que no tienen en la entrada y el catálogo, así que eso aleja a no compradores y parece que, al menos según los datos que ha dado IFEMA, ARCOmadrid2018 ha cerrado con un aumento de ventas de entre el 10 y el 20%, a niveles anteriores a la crisis.
Entre los patrocinadores de la feria se encuentran pesos pesados como Fundación Banco Santander, Fundación Banco Sabadell, Air France, CaixaBank, American Express, DKV y decenas de entidades prestigiosas de Europa y Latinoamérica.
Un total de 208 galerías de 29 países han conformado esta edición en la que se han podido ver autores conocidos (españoles como Daniel Canogar), si bien se afianza como una feria comercial en la que no hay apenas apuestas arriesgadas.
Con lo sucedido con la obra de Santiago Sierra no sabemos si podemos esperar que la siguiente edición tenga todavía menos innovación y riesgo o si, por el contrario, artistas y galeristas decidirán plantar cara a las adversidades y exponer transgresión.
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